Naturaleza en ciudad, más vida, mejor vida para todos
Una de las principales causas de pérdida de biodiversidad en el mundo es la fragmentación de los hábitats. Los ecosistema naturales se ven interrumpidos por las construcciones y usos del territorio humanos. De esta forma los bosques, matorrales cualquier otro ecosistema se ve convertido en “parches” aislados unos de otros. Esto hace que los individuos, bien sean plantas o animales, tengan menos posibilidades para vivir, alimentarse y reproducirse. Las poblaciones aisladas se ven avocadas a la endogamia y la pobreza genética, lo que a su vez hace que la especie decaiga o, incluso, desaparezca.
Una manera de evitar este proceso es la creación de espacios que conecten esos “parches”, se mitiga así en parte el aislamiento y se facilitan los procesos de dispersión y afianzamiento de las poblaciones.
Hasta ahora se habían creado redes naturales como la Red Natura 2000 para conectar la biodiversidad entre espacios naturales y evitar su aislamiento, pero, ¿qué pasa con las ciudades?
La biodiversidad en los medios urbanos ha sido tradicionalmente menos tenida en cuenta, siendo muy importante para la salud ambiental y la del propio ser humano.
En los últimos años se está implementando un nuevo modelo de paisajismo denominado Infraestuctura verde, que se define como una red de zonas naturales, seminaturales y de otros elementos ambientales que presta una extensa gama de servicios a la sociedad y a los ecosistemas naturales.
Los jardines y parques han sido desde siempre un elemento fundamental de la trama urbana, pero la infraestructura verde pretende incorporar corredores entre estos “trozos de naturaleza” en la ciudad con el fin de interconectar todos los posibles focos de biodiversidad. Entre estos elementos se encuentran alamedas, pasos de fauna, tejados y fachadas verdes, entre otros.
La infraestructura verde proporciona, además de la ventaja intrínseca de conservar la biodiversidad urbana, una serie de servicios poco visibles pero vitales a la sociedad como, por ejemplo, un aumento de la captura de carbono, mejora de la calidad del aire y mitigación del efecto isla de calor urbano. Todos estos servicios que nos da la naturaleza y que a veces no vemos de forma directa se llaman servicios ecosistémicos.
La sociedad siempre ha disfrutado de la ciudad naturalizada, con presencia de vegetación, la infraestructura verde crea un paisaje amable, cultural, donde las relaciones sociales aumentan, las actividades lúdicas y formativas tienen lugar de forma espontánea. Tras algunas décadas donde las zonas públicas eran dominadas por el componente artificial (pavimentos duros, asfalto, cemento, escaso espacio para la vegetación), la infreastructura verde nos ofrece una vida más rica y feliz dentro de nuestras ciudades.