Desvelando los secretos de la vida reproductiva del Ginkgo
La reproducción del Ginkgo, el complicado camino de un fósil viviente
En la historia evolutiva de la vida el paso del agua, donde surge todo, a tierra firme, trae consigo muchos problemas adaptativos que los diferentes grupos de seres vivos han de resolver. Para las plantas hay dos grandes retos, el de generar tejidos que puedan mantener a los individuos erguidos, en el agua todo era un flotar y dejarse llevar, y el de conseguir la unión de las células reproductivas al aire libre para generar un nuevo ser vivo. En ambiente acuático o rico en humedad, las células sexuales pueden nadar movidas por flagelos para encontrarse. Pero cuando el ambiente es aéreo el encuentro se hace más incierto y peligroso. La estrategia de la evolución es inmovilizar a uno de los gametos, que llamamos femenino, que queda protegido en sus tejidos de origen y sólo la otra célula sexual, que llamamos masculina, es la que se expone al medio aéreo viajando en busca de su “media naranja”.
Al final del periodo Carbonífero el clima de la Tierra cambió drásticamente, se hizo muy seco, desaparecieron la mayoría de los pantanos y charcos donde la reproducción podía seguir vinculada al agua y esto aceleró el proceso de fecundación por granos de polen y la formación de unas envueltas que protegen al embrión, lo que llamamos semilla. La semilla es un gran invento evolutivo ya que, gracias a esas envueltas protectoras, el nuevo organismo puede esperar latente a que llegue el momento adecuado para despertar de su dormancia, germinar y volver a la vida.
El ginkgo guarda rasgos de primitivismo reproductor que son un reflejo de ese momento evolutivo, de ahí su importancia para el estudio de las plantas.
Normalmente es muy difícil ver las diferencias entre machos y hembras cuando miramos un árbol, pues sus estructuras reproductivas son pequeñas y se encuentran en las ramas a una distancia poco cómoda para nuestra mirada.
Durante la primavera, cuando están brotando las hojas, en los individuos machos se desarrollan unas hojitas con forma de escama que protegen a los sacos polínicos o estructuras formadoras de polen.
A su vez, en los individuos hembras de Ginkgo biloba, se desarrollan las estructuras reproductivas femeninas. Se puede observar como unos pedicelos o “rabillos” al final de los cuales hay una estructura en forma de mazo. Aquí se formarán las ovocélulas, gametos femeninos.
El grano de polen vuela, pero como herencia de aquel momento evolutivo de la vida en ambiente húmedo, el polen tiene que transformarse generando un espermatozoide con flagelos. La parte femenina ayuda fabricando una gotita acuosa que atrae al polen y favorece esa transformación: un tubo surge hasta la ovocélula y en su interior el espermatozoide se mueve para cumplir su función. La distancia a superar es mínima pero los cambios micro celulares son muchos.
Tras la fecundación se crea un embrión de varias células que queda envuelto por capas de tejido: ya tenemos la semilla. En el caso del ginkgo la semilla madura posee una capa externa carnosa y rojiza y una capa interna pétrea.
La semilla del ginkgo produce muy mal olor una vez se forma en el árbol femenino y cae. Es casi imposible que esta semilla germine de forma espontánea. La explicación la tenemos que buscar también en la historia geológica. Animales del grupo de los saurios serían los encargados de comerlas y dispersarlas, pero aquellos animales perecieron en la gran extinción del Cretácico.
Nuestro fósil viviente no encuentra animales que coman, digieran y favorezcan la germinación rompiendo la capa pétrea que recubre al embrión. Pero el antiguo y sabio ginkgo también ha sabido superar este contratiempo. En la parte inferior del tronco y cuello de la raíz se guardan yemas de células embrionarias protegidas por escamas de corteza capaces de regenerar la planta asexualmente. Este es el secreto de las ramitas verdes que surgieron de los ginkgos carbonizados tras la bomba atómica.
A nuestra pregunta pendiente ¿cómo diferenciar un árbol femenino de uno masculino?, ya sabemos responder: sólo los femeninos tienen semilla.
Siguiente pregunta ¿cómo saber el género de un futuro árbol si tenemos sólo una semilla? ¿será hembra o macho el embrión que encierra? Pues también es fácil de saber. Una vez quitamos la maloliente capa carnosa encontramos la parte dura. Las semillas femeninas cuentan con 2 valvas mientras que las masculinas tienen 3.
El olor de nuestras calles llenas de ginkgos no es si no un fallo en la compra en vivero, pues hay herramientas para conocer el sexo de estos árboles si no se desea los que para muchos es un efecto indeseable. De hecho, solo se suelen plantar machos.
Por mi parte, este olorcillo no es problema. Prefiero poder sentirlos, mirar hacia arriba y distinguir machos de hembras y cuando descubro las semillas en el árbol o en el suelo me encanta recordar el milagro de la supervivencia y de la evolución biológica que encierra la historia de esta semilla.
Usos milenarios del Ginkgo
Nuestro árbol ornamental es mucho más que eso en China y Japón. Un gran abanico de propiedades medicinales se les suponen a las hojas. Una variedad de compuestos son útiles en el tratamiento del asma, bronquitis, enfermedades cardiovasculares, fatiga, pérdidas de la memoria, enfermedad de Alzheimer, esclerosis múltiple y otras disfunciones. Debido a estas propiedades medicinales, actualmente se comercializan extractos de hojas en forma de productos naturales, suplementos dietéticos y aditivos alimentarios. Sus semillas, siendo tóxicas en estado crudo, son todo un manjar en Japón, en donde se tuesta la parte interna hasta que la cáscara se rompe y se usa el interior para hacer papillas. Según cuentan recuerdan al sabor de los piñones o las castañas.
Fuente de las imagenes: Ferriol Molina, María y López del Rincón, Carmelo. Dpto. Ecosistemas y Agroforestales y Dpto. Biotecnología. Universitat Politècnica de València
Autora: Mª Teresa Madrona y Jaime Álvarez
Mi hija comía las semillas en Japón.
Los ginkgo machos crecen espigados y las hembras hacen una copa abierta y amplia ?
Que bien! ya nos contará el sabor y si es verdad que saben a castaña!! Lo de la copa muy cierto lo que pasa que a veces tardan muchos años en ofrecer ese aspecto. Lo que está claro es que los ginkgos no tienen prisa para nada. ¿será ese el secreto de la longevidad?
Hay alguna explicación al mal olor de las semillas, y a la forma tan atípica de sus hojas?
Pues el mal olor es una consecuencia de la madurez de esos tejidos. El mal olor atrae a ciertos animales (por ejemplo…. qué cosas atraen a las moscas?) Muy probablemente los animales que se comían estas semillas allá hace 150 millones de años, tenían hábitos carroñeros, de modo que este olor le resultaría atractivo como indicador de que es algo nutritivo.
La forma de las hojas corresponde a un patrón dicotómico que es un patrón antiguo en el mundo vegetal. Si te fijas los nervios van abriendo de forma dicotómica. Muchas algas, las antecesoras de las plantas que conquistaron el mundo terrestrre, tienen el mismo patrón de crecimiento. O sea, es otro rasgo de primitivismo más. Gracias por tus preguntas!!!
Hola, hay un arbol de Gingko biloba en una plaza, en el centro de mi ciudad, es un solo individuo y da muchas semillas, como se explica eso? es decir si no hay pie masculino como se producen esas semillas?
Hola, gracias por el comentario. No he encontrado ningún estudio científico que hable de fenómenos de partenogénesis o generación de semillas por vía femenina. Así que el gameto masculino ha tenido que llegar de un pie masculino … por el viento!
Si alguien conoce otra casuística, que no dude en escribirlo y compartirlo.
Un saludo